20 de diciembre de 2010

La historia del comienzo, de Eduardo Riaza

Título: La historia del comienzo. Georges Lemâitre, padre del Big Bang.
Autor: Eduardo Riaza.
Editorial: Encuentro.
Páginas: 136.
ISBN: 9788499200286

En un relato de Arthur C. Clarke que siempre me ha encantado, un astrofísico jesuita, miembro de una misión de exploración espacial multidisciplinar, lamenta en su monólogo de que sus colegas no reconocen los méritos de su orden en el avance de la ciencia: "siempre, desde el siglo XVIII, hemos estado haciendo contribuciones a la astronomía y a la geofísica, desproporcionadas con nuestro número".

Soy de los que piensan que para ser ateo hay que saber mucha pero que mucha teología... y no poco de historia de la Iglesia. Así, me repugnan los pazguatos que rechazan como un todo a un grupo humano, el de los creyentes católicos, como una caterva de ignorantes inquisidores quemadores de Galileos y enemigos del progreso porque, a pesar de lo mucho que tiene la Iglesia por lo que pedir perdón, no se le puede discutir, objetivamente, su contribución al desarrollo de la humanidad. Y eso sin entrar en razonamientos de fe y costumbres.

Si a alguien entendido y leído le preguntas por las contribuciones de clérigos o religiosos católicos a la ciencia como máximo saldrá a relucir Mendel, por la bucólica imagen de monjecillo cría guisantes que nos queda del Bachillerato o, para los más perspicaces, Copérnico, el canónigo. Pues no: hay muchísimos más (y lo que es mejor, los sigue habiendo). Los suficientes para que haya que repensar el prejuicio de cristiano = acientífico, en plan Ágora.

En el libro que nos ocupa el protagonista, además de falso narrador como licencia artística, es uno de los científicos católicos más importantes, influyentes y desconocidos del siglo XX: Georges Lemaître, belga de nacimiento, físico de formación, sacerdote católico de vocación. Uno de los enfants terribles de la física de la primera mitad del siglo pasado, formado en las dos Cambridges, participante en los Congresos Solvay y capaz de arrancar del parco Einstein tanto elogios como críticas.

En La historia del comienzo, el profesor de física E. Riaza nos presenta una "falsa" autobiografía de Lemâitre, al estilo de pastiche holmesiano en el que siempre se encuentra una caja sellada con un nuevo relato de Watson. El estilo es didáctico, muy sencillo, cronológico y con total ausencia de ecuaciones o disertaciones complicadas. Va recorriendo los hechos más importantes de la vida del científico, salpicando de anécdotas el relato, consiguiendo una lectura rápida y agradable. Tan sencillita que parece que la ha escrito para sus alumnos.

El mérito es grande. No hay absolutamente nada escrito sobre Lemâitre en español (y apenas nada en inglés). Además, el autor consigue evitar entrar en la supuesta confrontación fe-ciencia que la vida del personaje podría haberle dado pie a participar. Más bien se centra en lo cronológico de su vida, sin entrar en su periplo vital, sin apenas asomarse a sus causas, a las dificultades de su vida entre sotanas y batas blancas... He echado de menos mayor profundidad, quizás alguna página más compleja sobre las teorías de Lemâitre, como en las biografías de científicos de Nivola...
Einstein y Lemâitre

También me hubiera gustado que precisase más sus contribuciones a la teoría del Big Bang, que él nunca llamó así, a sus artículos y colaboraciones, a sus ideas pioneras sobre informática o a su trabajo como presidente de la Pontificia Academia para las Ciencias bajo el mandato de papas como Pío XII. De igual forma podría haber evitado el recurso literario de la autobiografía, que personalmente no valoro positivamente en general. Entiendo que el autor, que cada día tendrá que lidiar con alumnos de la ESO, ha querido acercarse a su nivel. Loable esfuerzo, que se agradece.

Concluyendo: una agradable introducción a la vida de un científico casi desconocido, didáctica, sencilla, para todos los públicos... Excepto si quieres profundizar en la vida del gran Lemâitre. Para ello, habrá que esperar a una biografía completa y crítica, que difícilmente veremos en castellano.

Como colofón, inserto un vídeo sobre Lemâitre y el libro interesante, por el mismo autor del libro:



Por cierto, si alguien no ha leído el relato de Clarke que abre esta reseña, son las fechas adecuadas para hacerlo.

19 de diciembre de 2010

El arco iris de Feynman, de Leornard Mlodinow

Título: El arco iris de Feynman. La búsqueda de la belleza en la física y en la vida.
Autor: Leonard Mlodinow.
Editorial: Crítica.
Páginas: 187.
ISBN: 978-84-9892-014-7

Fui a la librería (digo "la" porque donde vivo sólo hay una librería que valga la pena) a comprar El gran diseño, el último libro de divulgación científica de Stephen Hawking... y otro autor desconocido con apellido raro, que resulta ser Leonard Mlodinow. En uno de los arrebatos que suelen poseerme en las tiendas de libros, al coger el libro querido me fijé en el de al lado, del "coautor" y, saliendo el nombre de mi admirado (y reído) Feynman, no pude menos que comprarlo. Eso sí, en digna edición de bolsillo de Crítica-Drakontos, que tanto bien hacen a los amantes de la ciencia y a sus oculistas (y cualquiera que haya leído uno de sus libros de bolsillo sabe de qué hablo).

He de reconocer que esos arrebatos rara vez llevan a una buena compra, pero esta vez me ha ocurrido que, siendo El gran diseño un libro mucho más ambicioso, quizás porque todo lo que dice ya está dicho y no aporta nada nuevo, este librito, más humilde, casi de broma en algunos capítulos, es el que me ha dejado buen sabor de boca.

El libro es autobiográfico. Simplemente relata los primeros meses de Mlodinow como doctor becario en el CalTech, con mucha libertad, ni idea de lo que va la vida y un pequeño despacho entre un tal Murray Gell-Man y otro tal Feynman, que resulta son los gemelos terribles de la física. Y sus aventuras, que no son más que las del científico teórico falto de ideas fantásticas que busca su lugar en el mundo, me ha encantado.

Alguno seguramente diría que el libro describe el lado humano de la ciencia. Personalmente creo que sólo hay un lado humano en la ciencia, así que lo que narra es la pura realidad. Murray, porque nadie le llamaba por el apellido, es un sabihondo casi insoportable que grita a sus empleados... pero a la vez apadrina a un don nadie "padre" de la teoría de cuerdas, John Schwarz, cuando nadie creía en lo que hacía y llora en su despacho la muerte de su esposa.

Feynman ya no es el joven insolente y genial que reventaba cajas fuertes en Los Álamos y tocaba los bongos en clubes de dudosa fama. Ahora es un hombre casi agotado en su lucha contra el cáncer, con las manías propias de la gente mayor pero aún con la frescura necesaria para darse cuenta de que lo más importante de su vida, su único objetivo, es ver crecer a su hija.

¿Y Mlodinow? Pues un joven que gana en sabiduría cada día que hace una visita a Feynman, escucha a Murray hablar en alto maya, descubre unos bultos sospechosos en sus partes pudentes y descubre, casi por sorpresa, que la base de la ciencia está en hacerse preguntas.

La felicidad, viene a descubrir el advenedizo teórico, está en buscar el propio nicho en el mundo buscando lo fundamental y relativizando lo accesorio. Quizás por eso se pasó después a ser guionista de Star Trek: La Nueva Generación y McGyver. Quizás también por ello escribe libros con Hawking, aunque sea un refrito como el último.

En conclusión: un libro muy recomendable para los que nos movemos en el mundo de la ciencia y queremos acercarnos a lo que de verdad piensan y sienten los científicos. Además, breve y contado con humor. A ver si engaño a alguien para que me regale El andar del borracho...

Premios Libros y Literatura 2010

Con el objetivo de hallar las cuatro mejores reseñas literarias de la blogosfera y premiar a sus escritores con el Marcapáginas de Plata y sendos lotes de libros valorados en total en más de 3.000 €, el Equipo de Libros y Literatura organiza los “Premios Libros y Literatura 2010”.
Para participar en él, todas las personas físicas poseedores de un blog y/o escritores habituales de él deberán inscribirse, antes del sábado 25 de diciembre de 2010, siguiendo los pasos indicados en las bases completas del concurso.
La elección de los ganadores se llevará a cabo mediante dos jurados. Dos de los premiados serán elegidos por un jurado cerrado compuesto por los miembros del equipo de Librosyliteratura.es, escritores, editores y creadores de blogs literarios. Los otros dos ganadores serán escogidos por el público en general, entre los que se sortearán tres lotes de 20 libros cada uno. El período de votación será del lunes 27 de diciembre de 2010 al miércoles 5 de enero de 2011.
También, el blog que haga difusión y consiga más clics en el banner oficial del concurso colocado en su página, será ganador de otro lote de libros. Entre los blogs difusores que no ganen, se sorteará otro lote. La resolución de los premios se hará pública el viernes 7 de enero de 2011, así como los nombres de los ganadores de los sorteos. Para más información sobre el concurso y sus premios, lee las bases completas aquí: http://www.librosyliteratura.es/concurso-libros-2010.html.

Navidad10r07


La reseña con la que participa Lucien en este blog es: Seis sospechosos, de Vikas Swarup.

18 de septiembre de 2010

Cuando fui skin, de Asís Arana

Título: Cuando fui skin.
Autor: Asís Arana.
Editorial: Planeta.
Páginas: 384.
ISBN: 978-84-08-09422-7

Me refiero ahora a un libro que creo que no habría comprado por mí mismo, más que otra cosa porque sólo compro libros de este precio cuando tengo total confianza en que me va a gustar (aunque a veces uno se equivoque, claro). Tuve la suerte de que un compañero lo comprase, leyese y alabase para la manida frase de ¡pues déjamelo!

Bien. El libro se resume en la frase de la portada: un joven de familia bien, en un colegio religioso que, desde muy joven, frecuenta a un grupo de ultraderecha y va "ascendiendo" en sus rangos, a base de palizas hasta convertirse en un skin brutal y totalmente irracional (valga la redundancia) y... termina de cura. Es una historia en la que sabemos el principio y el final y no hay grandes sorpresas. Gana atractivo el paréntesis, lo no contado en la portada, sobre todo lo que su familia, especialmente su madre, hace por él, las oportunidades que le dan a pesar de su total contaminación, por las opciones que toman para salvarle... Pero tampoco remonta demasiado de lo sabido.

En mi opinión, se nota demasiado que el autor, Asís Arana (confieso que he pensado que era un pseudónimo... todavía no estoy del todo seguro, puesto que las novelas que se indican en la guarda como escritas por él no aparecen por ningún lado, el nombrecito se las trae y la temática, como en el caso de Antonio Salas y Diario de un skin, parecen llamar al anonimato. Pero sí, parece que efectivamente existe, da entrevistas en la radio y tiene algún guión cinematográfico escrito), es novel. Intenta entrelazar su supueso "viaje existencial" con el del actual sacerdote, con escaso éxito. Combina frases pretenciosas con expresiones más bien chabacanas y hasta zafias, no aporta la dosis de realidad necesaria para hacer creíble la historia (aunque un relato esté basado en hechos reales, hay que saber narrarlo para hacerlo creíble... y al contrario). En algunos anécdotas se nota claramente, quizás por las "licencias literarias" que se toma el autor: nos relata cómo tardó meses en conseguir que Pablo, el protagonista accediera a contar su historia y, sin embargo, le conoce porque un amigo comenta al autor que Pablo ha ido a hablar de su vida a una clase universitaria... Se nota la buena intención del Sr. Arana, pero también su impericia.

Otro fallo de la novela es dedicar casi la mitad del libro a la caída del protagonista en el mundo de la ultraderecha y luego liquidar su "conversión" en unas pocas páginas, dedicando muy poca atención tanto a los fundamentos de la relación de pareja que "salva" al antiguo radical como al paso al sacerdocio, hecho que no se desarrolla psicológicamente. Es decir, el personaje protagonista va avanzando, madurando, tanto para bien como para mal en la narración de Arana, pero, en cuanto deja de ser skin, se vuelve plano, anodino, incapaz de hacernos comprender el viraje de su vida.

¿Está el lector interesado en conocer el mundo de la ultraderecha? Hay otros libros más ilustrativos al respecto. ¿Quiere conocer a una familia que apuesta por la oveja desacarriada (aunque más que oveja es un cabrito)? Acérquese a esta novela, sin buscar mucho más. ¿Le interesan las personas que toman las riendas de su vida y son capaces de cambiar (la premisa que subyace a la promoción del libro: si el protagonista hubiera acabado de padre de familia y no de cura no habría libro)? Busque en otro lugar.

26 de agosto de 2010

The trusted servant, de Alison Macleod

Título: The trusted servant
Autor: Alison Macleod.
Editorial: Coronet
Año: 1968.
ISBN: 0340158859.

Comento hoy un libro que ni está editado en español ni se puede conseguir fácilmente, pero que he disfrutado leyendo. Alguno de mis amigos sabe que ciertos periodos históricos  me obsesionan de vez en cuando y me leo todo lo que encuentro sobre ellos. Uno de esos periodos, quizás el segundo en volúmenes en la biblioteca, es el reinado de los Tudor en Inglaterra. Me refiero a los Tudor de verdad, es decir, a un Enrique VII manipulador y asesino, un Enrique VIII gordo y medio loco, un débil Eduardo VI, una María I acomplejada y una Isabel I escurridiza y virgen. Es decir, no los que salen en cierta serie de televisión a ritmo de videoclip. Sobra decir que, puesto que me he informado mucho sobre la época, cualquier incoherencia que descubra me hace, instintivamente, apartarme del libro o de la tele que la cometa.

Pues bien, The trusted servant es una novela histórica escrita en los años 60 que narra la vida de un personaje ficticio que, por avatares de la existencia, se cruza más o menos con todos los protagonistas del período Tudor desde Enrique VIII hasta casi el final del reinado de Maria I. Y lo hace con un estilo cuidado, un lenguaje claro y, sobre todo, sin los clásicos anacronismos e incoherencias de, desgraciadamente, no pocas novelas históricas.

El argumento se centra en Thomas Vaughan, medio inglés y medio español por ser hijo de una de las damas de compañía de Catalina de Aragón, que irónicamente es uno de los protegidos de Thomas Cromwell y, por lo tanto, de Enrique VIII durante el abultado periodo de favor del casi valido. Si alguien sabe quién fue Cromwell, entenderá que con protegido se quiere decir agente más o menos discreto. El ritmo de aventura de la novela, de hecho, se basa en las misiones que el sagaz político encarga al protagonista. Misiones que empiezan con ganarse la confianza de Catalina haciéndose pasar por católico y devoto de la causa española para así espiar su correspondencia y visitas (sobre todo las del embajador imperial Chapuis) y terminan por el intento de asesinado al cardenal Reginald Pole. Entre medias, lo que cabe esperar, bien narrado: actas de supremacía, supresión de los monasterios, peregrinación de gracia, exceso de población en la Torre de Londres, incluyendo Bolenas... Pero Thomas no es como los Alcántara de Cuéntame, que siendo una familia de barrio está "en todas las salsas", sino un espectador, a veces un actor, de un época fascinante.

Ciertas novelas históricas intentan sumergir al lector en el tiempo mediante largas descripciones, cronologías, hasta biografías encubiertas. No es este el caso, aunque algunos de los hechos históricos que se narran queden por eso algo deslabazados. En honor también de la verdad, los personajes no son monolíticos. Cromwell era un desalmado, pero tiene no pocos gestos de humanidad con los suyos. Pole era un tanto meapilas, pero también un político, si bien poco habilidoso, al que se le pasaban todas las compasiones cuando se encontraba con un hereje cara a cara. Por cierto, no muy diferente del retrato que ofrece la serie de televisión sobre mi admirado Tomás Moro.

En resumen, un libro recomendable que está completamente olvidado y un relato de aventuras que te deja con la duda de si podían haberse hecho peor las cosas históricamente. ¿Que cómo llegué a él? Por un artículo de Wikipedia que lo nombraba y, después, por eBay. Edición que ha pasado por muchos bolsillos, pero a precio irrisorio, aún con los gastos de envío.

23 de agosto de 2010

Seis sospechosos, de Vikas Swarup

Título: Seis sospechosos.
Autor: Vikas Swarup.
Año: 2008 (2010).
Editorial: Anagrama.
ISBN: 978-84-339-7533-1


¿Conoce algún amable lector la agradable sensación de dormirse sobre un libro, con una ligera sonrisa, deleitándose con lo leído? Pues ahora imaginen que un diplomático indio afincado en Sudáfrica es capaz de provocar ese sentimiento al final de cada capítulo de no sólo su primer libro, ¿Quién quiere ser millonario?, sino también del segundo, el que nos ocupa, Seis sospechosos.

Vikas Swarup es el autor del libro que inspiró la famosa película Slumdog millionaire. Es uno de los pocos casos en los que la película, que recoge sólo el diez por ciento de la novela, no desmerece. Si la premisa de su primer libro es original (el joven de los suburbios capaz de saberse las respuestas del programa... a partir de su historia personal), la de su segundo libro recuerda a Agatha Christie. Es asesinado un joven, rico y degenerado juerguista profesional durante una fiesta en la que celebraba su absolución por un asesinato claro. Seis de los invitados a la fiesta portaban armas del calibre adecuado y son sospechosos. Hasta ahí, tierra hollada. A partir de aquí, Swarup y la India. Pues los sospechosos son, atención: un político corrupto venido a menos que tiene doble personalidad, siendo la nueva ni más ni menos que la de Gandhi, una actriz de Bollywood e icono sexual con más fondo del que parece, un joven ladrón de móviles, que recuerda al protagonista de ¿Quién quiere ser millonario?, el propio padre del asesinado, ministro de interior del estado y mafioso profesional, un indígena de las islas Adamán enviado por su tribu para recuperar una piedra sagrada robada y, sin duda mi favorito, un imbécil de Waco, Texas, incapaz de deletrear su nombre, que viaja a la India para casarse con una chica que conoció por internet (y no quiero contar más). El otro personaje protagonista no es menos importante: la propia India, con escenas memorables, como cuando el americano es secuestrado por Al Qaeda, el funcionario sufre su primer rapto místico o el pequeño indígena descubre la gran ciudad. Diálogos llenos de ingenio, como los del detective con el gañán del "Gran Estado de Texas", los muchos equívocos al ser tocayo de nombre y apellido con uno de los creadores de Google y otros múltiples enlaces entre las seis historias más una.

Narrativamente, el estilo es arriesgado. La historia de cada uno de los sospechosos se relata en un estilo diferente. La de la actriz mediante su diario, la del ministro por grabaciones telefónicas, la del político y el aborigen en tercera persona, la del ladrón y el alelado en primera y, finalmente, el marco general en género periodístico. Sólo faltaba un estilo epistolar, como en Drácula. El resultado es un equilibrio que ayuda a seguir la historia, hasta el punto de que olvidas averiguar quién es el asesino y lo que quieres es saber qué tienen que ver personajes tan dispares con la víctima. Si hasta el momento no le ha picado la curiosidad para leer el libro, sólo puedo decir que me alegró los cuatro días que tardé en leérmelo. Reconozco que las temáticas orientales, sobre todo las que tienen que ver con la India y su cultura, ya captan mi atención. Pero si además de adentrarte un poco en ese ambiente, lo haces acompañado de calidad literaria, el placer es doble.

Por sus propias características, es un libro de difícil adaptación al cine, aunque cosas más raras se han visto. Quizás cuando lo sea, este autor, al que sigo ya de cerca, sea más conocido y valorado en España. Mientras tanto, acompañen a los seis personajes en su periplo, odien a la víctima, sonrían ante la desgracia como sólo se puede hacer en la India y descubran cómo puede un lector enamorarse de una cultura decadente y vibrante mientras lee una feroz crítica de todo lo establecido.

14 de agosto de 2010

Un saco de canicas, de Joseph Joffo

Título: Un saco de canicas
Autor: Joseph Joffo
Título original: Un sac de billes
Idioma original: francés
Fecha de publicación original: 1973
Editorial: Ediciones Grijalbo
ISBN: 84-226-0735-2


Me he escondido detrás de unos matorrales. Las botas de la patrulla alemana pasa cerca de mi, que he perdido de vista a mi hermano, pero él sabe desenvolverse sólo. Pasan con el brillo de sus correajes y de sus fusiles, llenando de miedo mi pequeña cabeza infantil, que no debería tener que pasar por estos trances. Yo era un pilluelo de París, acostumbrado a explorar los muelles del Sena, a jugar a las canicas, a estudiar lo menos posible en el colegio, como todos mis amigos. Pero la guerra cambió todo eso. Yo soy judío. Mi padre dice que no sabe que significa, y eso que él lo sabe todo. Pero lleva toda la vida huyendo por culpa de esa palabra y desde que esta asquerosa guerra mundial ha llegado hasta aquí, ha tenido que volver a huir. Como siempre, nos hemos dividido en parejas, mis dos hermanos mayores por un lado, mis padres por otro y yo junto a mi hermano Maurice. Los dos escapamos de la Gestapo a través de la Francia ocupada, viviendo mil aventuras que afortunadamente terminaron bien. Para nosotros, mi padre a pesar de toda su experiencia en progromos, fue finalmente capturado por los nazis. Esta es la historia de mi huida.

Joseph Joffo es peluquero de profesión, al igual que lo era su padre y su hermanos. Posteriormente a la edición de este libro, en el que colaboró su amigo el escritor Claude Klotz,
desarrolló una carrera literaria, aunque ninguno de sus libros alcanzó el éxito de éste, traducido a 132 lenguas y con más de 20 millones de ejemplares vendidos en 23 países. De más está decir que lo recomiendo encarecidamente, la crueldad de la guerra visto a través de los ojos de un niño es, si cabe, más cruel.

13 de agosto de 2010

La niebla y la doncella, de Lorenzo Silva

Título: La niebla y la doncella.
Autor: Lorenzo Silva.
Año: 2002
ISBN: 978-84-233-3793-4

Hay veces que los libros te saltan a las manos en el momento oportuno, cuando realmente necesitas desocupar tu mente sumergiéndote en un asesinato ficticio o en un mundo diferente. Es lo que me ha pasado con este libro: realmente necesitaba desconectar del triste mundo real y la simple frase «un nuevo caso del sargento Bevilacqua» fue suficiente para que no me separase del libro (si bien no es, ni mucho menos, el último caso del personaje). Ya había leído El alquimista impaciente y guardo buen recuerdo del mismo. El libro que nos ocupa no es, ni mucho menos, un ejemplo de originalidad, pero sí de buen hacer narrativo, capaz de componer un puzzle atractivo con piezas ya muy manidas.

El argumento es sencillo. El sargento Vila, que abrevia así su apellido para evitar equívocos (extremo que también aplicamos otros) y su compañera, la cabo Chamorro, de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en Madrid son llamados a La Gomera para dilucidar la verdad tras un asesinato cometido dos años antes, el de un joven frívolo y vividor, que fue degollado junto al coche de un concejal, casualmente padre de una de las chicas que se beneficiaba el muchacho. La narración, plagada de detalles y descripciones que me han hecho agradable la lectura, es sin embargo algo lenta. Mucho más allá de la mitad del libro se empieza a avanzar algo en el caso, lo que confirma mi intuición de que la intención del autor no es tanto escribir una novela de crimen y misterio como un novela costumbrista, centrada en un hombre maduro mucho menos cínico de lo que da a suponer y la guardia Anglada, un personaje interesante al que quizás le quedan flecos sin trenzar, que eclipsa casi totalmente a la habitual Chamorro.

Reconozco que, quizás por los años pasados leyendo a autores clásicos castellanos, me enganchan los autores que, además de saber llevar con habilidad una trama, usan un español castizo y auténtico, como el que se habla en mi tierra, donde palabras como zascandil resultan naturales y no es necesario utilizar palabrotas para insultar y quedarse tan a gusto. Como esta novela está narrada en primera persona, abundan los monólogos de Vila, que siempre demuestra el encomiable interés de no engañarse a sí mismo, mientras navega entre politicuchos, mandos con más estrellas que neuronas y aprendices de mujer fatal. Las descripciones de las Canarias, ya que los personajes pasan por varias de las islas, son acertadas, capaces de evocar alguna visita a la laurisilva del Garajonay o el paisaje casi marciano del Roque de los Muchachos.

Estas características no impiden que la trama detectivesca sea también atractiva, con algún que otro requiebro de los que sirven para mantener la tensión y la habitual plétora de personajes sacados de lo más selecto de la sociedad, aunque aparezcan casi de pasada: proxenetas, camellos, amigos de una noche que te dejan en la cuneta a pasar la borrachera... Personajes vulgares, como son sus equivalentes en nuestro "estado de bienestar", que me han hecho pensar que, a pesar del éxito de los más mezquinos y retorcidos asesinos suecos, son la gente corriente, la que nunca llama la atención, la verdaderamente peligrosa.

En conclusión. No será una novela que pase a los anales de la literatura, pero cumple su objetivo: entretiene, edifica y abre la mente, que no es poco. En mi biblioteca personal, la coloco al lado de otros libros que para mí son de la misma familia: haremos un hueco entre Sax Rohmer y Simenon. Que no dude el autor que en cuanto salte a mis manos otro caso del sargento Bevilacqua (en edición bolsillo) me sumergiré con él en un nuevo caso. Quizás por saturación hasta llegue a superar el atávico recelo por la Benemérita y por extensión hacia toda la autoridad per se que me acompaña desde que tengo uso de razón.

21 de julio de 2010

El frente, de Patricia Cornwell

Título: El Frente
Autora: Patricia Cornwell
Título original: The Front
Idioma original: inglés
Fecha de publicación original: 2008
Editorial: Ediciones B
ISBN: 978-84-666-3853-1


Pues veamos...

Aunque hay poco que ver. Entré en la biblioteca para comprobar unos datos que me faltaban para un artículo en la wiki y cogí el libro al pasar, atraído por la autora. La señora Patricia, que tiene un buen asesor de imagen, según se puede deducir de la foto de la solapa, es una experta forense de los USA qué es mundialmente conocida por dedicarse en los ratos libres a escribir relatos con la doctora Kay Scarpetta como protagonista indiscutible. O al revés, es una escritora que a la vez tiene un trabajo como forense de campanillas. Lo que no sé es de donde saca el tiempo.

Pero esta vez no se trata de una novela de su alter ego forense de apellido italiano, sino de una historia en si misma. Aunque relato le vendría mejor, son apenas 180 páginas en la edición de tapa dura que tan amablemente me anotó la encantadora bibliotecaria (tiraaaaa..., ¡canasta de tres puntos!). Y con un tipo de letra apta para cualquier clase de ancianitos achacosos. Vamos, que novela corta le viene grande.

En esta historia, la autora nos vuelve a meter en zona política yanki, salpicado por la acostumbrada colección de tipos marginales, polis duros, mujeres intrépidas y tramas recién sacadas del la primera edición del USA Today. La trama... que más da, es una novela policíaca sacada adelante con demasiado oficio y que demuestra que a la señora Corwell ya le salen los libros como churros. A este paso va a superar a Marcial Lafuente Estefania.

Novela típica de puente aéreo, vela de hospitales, guardias aburridas y poco más. Se deja leer, pero bajo vuestra responsabilidad.

6 de julio de 2010

La Isla de los Jacintos Cortados, de Gonzalo Torrente Ballester


Título: La Isla de los Jacintos Cortados
Subtítulo: Carta de amor con interpolaciones mágicas
Autor: Gonzalo Torrente Ballester.
Editorial: Alianza Editorial 1998
ISBN 84-206-3400-X
Premio Nacional de Literatura 1980


He de confesar que es la primera vez desde hace años que tengo que coger un diccionario tantas veces mientras leo una novela. Tantas palabras nuevas para mí, algunas encantadoras: aína, ésta la marcan con anticuada, otras siniestras en su contexto (túrdiga), sofaldear, socaliña (ésta ya se la había leído a Larra en su más famoso artículo: «Vuelva usted mañana»), trujamán (fijaros en la procedencia de la palabra),... varias esparcidas por todo el texto, que lo dotan de un aura poética encantadora por su propio arcaísmo.

Porqué ya avisa con el subtítulo don Gonzalo de las interpolaciones mágicas del texto. Éstas son evidentes a lo largo de él, e incluso arquetípicas, como su uso del fuego como elemento de conjura de la visión de acontecimientos pasados. También nos avisa en el prologo que no intenta ser entendido por todos, afortunadamente esta novela no tuvo que pasar censura y nos ahorró los comentarios del lerdo del censor, como le pasó con La saga/fuga de J.B., cuya fantasía no fue entendida ni de lejos por el ínclito lector a sueldo del estado garante de la moralidad pública.

Pero hablábamos de La Isla..., elegía al amor, al erotismo y a las relaciones que de todo tipo se producen entre hombres y mujeres, o entre mujeres y hombres. Novela de fantasía poética, es un placer leerla desde su mismo principio, careciendo de la típica entrada en frío que hace que tengas que acostumbrarte durante unas páginas para cogerle el ritmo. En este relato eso no es necesario, porqué Torrente Ballester nos introduce directamente en los mundos complementarios del narrador enamorado platónicamente de Ariadna (aunque no por su gusto, lo platónico, me refiero), profesor universitario y alumna, viejo cliché; y el de las mujeres de sus relatos o visiones, tres que son una, aunque con acompañamientos, con las sutiles diferencias que sus nombres indican: Inés (ay, Inés), Agnes y Agnesse, todas ellas en las dos Islas de los Jacintos Cortados que se mencionan, una para cada plano de la realidad, o una para cada plano de la fantasía.

Porque fantástica es la novela en dos acepciones de la palabra: fantástica por la fantasía que destila toda la obra y fantástica por el relato en si mismo, que no puedo menos que calificar de obra maestra. La delicada narración de los amores del relator con Ariadna y de ésta con otro profesor, en un «menage a trois» platónico por los tres lados, en unos por imposición y en otros por oposición, sumerge al lector (a mi por lo menos lo hizo) en una complicidad con el escritor que te hace sentir con él el erotismo mediterráneo que la impregna.

Es difícil sustraerse a la fantasmagoría que envuelve incluso los momentos más prosaicos contados, hasta brujas volanderas hay, pero todo narrado con tal maestría que llega un momento en que lo más absurdo parece real y lo real, absurdo por contraposición.

En definitiva, aunque novela que exige un ritmo lento de lectura para poder disfrutar de hasta la última de las perlas que en ella se describen, es poesía en prosa, dulce, delicada, intimista hasta en las partes que rozan la pornografía. Una verdadera maravilla, una joya de la literatura en lengua castellana que puedo recomendar sin miedo a todos, especialmente al sexo que tanto embellece el mundo.

Ay, Inés, Agnes, Agnesse...

26 de junio de 2010

El monje en el huerto, de Robin Marantz Henig

Título: El monje en el huerto: la vida y el genio de Gregor Mendel, padre de la genética (título original en inglés: The Monk in the Garden: The lost and found genius of Gregor Mendel).
Autora: Robin Marantz Henig.
Editorial: Debate.
Año: 2001.
ISBN: 9788483063774.

Descubrirán los lectores de este blog que tengo especialmente predilección por las biografías y, entre éstas, por las de científicos. Y, quizás, Gregor Mendel sea uno de mis científicos favoritos, aunque sea sólo por el hecho de que su vida fue callada, de profesor de escuela y fraile agustino o, quizás, por los guisantes, analogía de su vida humilde.

La imagen que muchos de nosotros podemos tener de Mendel es precisamente la de Érase una vez...: un fraile más bien rellenito, sonriente y bonachón que tuvo a sus hermanos de comunidad comiendo guisantes años y años. Sin embargo, Mendel es mucho más.

Después de explicar muy someramente sus leyes (que él no promulgó como tales) a mis alumnos, quise profundizar más en el personaje. Me sorprendió ver que en español hay muy poco escrito sobre Mendel. Una meritoria aunque breve biografía de Alberto Gomis, en la siempre recomendable editorial Nivola (¿qué otra editorial española tiene un catálogo científico y divulgativo como ésta?). Cuando tomo un tema me gusta profundizar hasta los detalles, así que Gregor Mendel: el fundador de la genética se me quedó corto. Como corto tengo también el presupuesto, tiré de biblioteca y en la de la USC encontré El monje en el huerto, a priori más completo, o eso pensaba yo.


 El libro que al fin y al cabo nos ocupa es una obra de divulgación, que en ocasiones quiere tomar el ritmo de una novela de intriga (¿qué pasó para que la obra de Mendel se perdiese tantos años?) en la que la vida de Mendel es sólo el engranaje central para explicar los orígenes de la genética. El hilo conductor son las separatas del artículo Versuche über Plflanzenhybriden (Experimentos sobre la hibridación de plantas) que el bienintencionado agustino envío a los mejores botánicos de la época y que fue olvidado por la mayoría. Podemos decir, que de modo muy introductorio y divulgativo, cumple su objetivo.

Dos elementos reseñables: la explicación del supuesto olvido del trabajo de Mendel, que no fue así exactamente y la explicación de lo que los traductores suelen reseñar como «carácter», si bien Mendel usa dos palabras diferentes para estos elementos heredables. Por otro lado, existe una página web de acompañamiento a la versión inglesa del libro, con documentación adicional, aunque poco actualizada desde su edición, en esta dirección, algo que supongo que para el 2001 fuera toda una novedad.

Donde el libro falla, en mi opinión, es en la presentación de Mendel. El científico aparece desde una perspectiva unidimensional, la ya conocida del fraile bonachón plantaguisantes. Pero sólo hay que indagar un poco en lo que el libro deja entrever para comprender que Mendel es mucho más. Quedan varias preguntas importantes por resolver: qué le ocurría en los exámenes (no llegó a licenciarse y siempre fue «profesor sustituto»), por qué era, a pesar o quizás gracias a su falta de títulos un gran profesor, muy valorado por sus alumnos, cómo fue su formación teológica y sacerdotal, la relación con sus sobrinos, sus últimos años como abad de Santo Tomás en Brno y, no menos importante, por qué eligió ser religioso. De momento todos los libros que he leído sobre el tema inciden en que era la única salida que tenía para seguir su formación y que «coincidía con su carácter»... Me parecen razones muy débiles. La dimensión religiosa de un hombre evidentemente brillante, al que nunca se le achacó nada en contra de su vocación y que, de hecho, se convirtió en un adalid de los derechos eclesiásticos de su monasterio en el Imperio está apenas esbozada en el libro de Marantz Henig.

De hecho, desde el punto de vista religioso la autora demuestra poca investigación, cuando no errores de bulto, ya desde el comienzo: ¿monje o fraile? Confundirlos es como confundir un Ferrari con un Seat: ambos son coches con cuatro ruedas, pero... La respuesta es que Mendel era fraile, miembro de una orden mendicante, no de una monástica. Lo que sí es una excepción es que al superior de Brno se le llame abad y no prior, debido a unos privilegios históricos.

Intrigado por la vida de Mendel, busqué qué otra biografía podía responder a mis dudas y, al final, acudí a la fuente. Todas las biografías de Mendel beben del Life of Mendel de Hugo Iltis, un paisano suyo. La obra no está traducida al castellano y no pude encontrarla fácilmente. Afortunamente, un buen amigo la buscó en una librería de viejo de Chicago, ni más ni menos, y aquí está en mis manos. Quizás hable de esta biografía en otra ocasión.


Volviendo a El monje en el huerto, es una obra recomendada sólo para los que quieren acercarse a la historia de la genética sin mayor afán de profundizar. Pero si quieren saber más de Mendel, por lo menos acérquense a la obra de Gomis. Y si ya tienen mis manías obsesivas-exprimidoras... busquen a Iltis.

20 de junio de 2010

Celda 211, de Francisco Pérez Gandul

Título: Celda 211.
Autor: Francisco Pérez Gandul.
Editorial: Lengua de trapo.
Año: 2003.
ISBN: 9788496080201.


Mi primer libro carcelario (no cuento Pena de muerte, de Helen Prejean, que algún día comentaré) resulta ser una novela sanamente desasosegante, cínica, a veces divertida y en todo momento interesante y bien narrada.

Como ha sido adaptada al cine con título homónimo y considerable éxito, el argumento es bien conocido. Juan, recién aprobada la oposición a funcionario de prisiones, acude a la cárcel el día antes de su primer día de trabajo para conocerlas instalaciones y los compañeros. Mientras se recupera de un pequeño desmayo, se desata un motín de los «fíes» y es abandonado en una celda, la 211. Encontrado por los presos, se hace pasar por uno de ellos. Hasta ahí conocido.

Lo que me sorprendió gratamente del libro fue, en primer lugar, cómo está narrado. Es una colección de monólogos que van narrando la trama, con frecuencia solapándose para mostrar el mismo hecho desde la perspectiva de uno de los funcionarios, del propio Juan o del mítico Malamadre, alma del libro. Los monólogos de este último, que contienen su versión de los hechos relatados a una comisión «de las que quieren saber la verdad», son especialmente divertidos, plagados de palabrotas y frases a medio construir. Y es que Malamadre es de esas personas que sin letras se saben hacer entender.

Impagables algunos momentos, como el tema de los calzoncillos (no quiero desvelar mucha trama), el negociador frío como el hielo, las rencillas entre compañeros y la muerte central del libro (no digo de quién), que realmente me quitó el sueño (a base de que en mi cabeza resonara la voz de Malamadre diciendo «hijos de p...»).

La novela contiene dosis justas de violencia, que casi te esperas como «naturales», intriga, sexo y hasta romanticismo, pero sobre todo destila un humor cínico y descarnado que te hace pensar en lo falso de lo políticamente correcto, en los privilegios de unos y las leches que da la vida a otros. ¿Cuál es el tema principal? Pues ni las cárceles, ni los funcionarios, ni el amor... sólo la supervivencia, en este caso la de alguien aparentemente normal, en las circunstancias más extremas. Ignoro si el autor se planteó alguna vez lanzar al lector la pregunta de qué haría él en similar coyuntura, pero desde luego yo me lo he preguntado después de cada capítulo.

Si algo puedo criticar es que algunas situaciones parecen algo inverosímiles, pero no demasiado, pues la vida real nos trae con frecuencia casualidades que realmente parecen de ficción. La novela tiene sus protagonistas bien definidos, con un Malamadre espléndido y un Juan sorprendente. Me hubiera gustado que personajes como el Poeta, al que tomé cierto cariño, tuvieran más peso: ¿cómo relataría el motín un asesino condenado que escribe sonetos?

En resumen, un libro muy recomendable como lectura con fondo, bien llevada y sin más aspiraciones que mostrar una realidad que no por estar entre muros deja de ser verdadera. No he visto la película, que probablemente sea buena aunque sólo sea por la presencia de Luis Tosar. Cuando la vea comento si me causa las mismas sensaciones que el libro.

18 de junio de 2010

El Aleph, de Jorge Luis Borges

Título: El Aleph
Autor: Jorge Luis Borges
Editorial: Alianza Editorial
Año de publicación original: 1949
ISBN: 978-84-206-3311-4

Pues las casualidades de la vida han hecho de que éste sea el libro que estaba releyendo en el preciso momento en que (por fin) nos decidimos con el título del blog. Como le ocurría a mi admirado Asimov, parece que somos incapaces de escribir nada sin tener un título en primer lugar, que encabece la página y dé pie a seguir poniendo letras y más letras en su interior.

No se si esto le sucedía a Jorge Luis Borges, muy reverenciado autor del libro que traigo a colación. El Aleph es un conjunto de relatos cortos y el que le da título está considerado como el mejor de su producción literaria. Borges, increíble narrador de mundos yuxtapuestos y de realidades alternativas, desarrolla en los relatos que componen el volumen una amplia colección de fotografías de un mundo de poetas, asesinos incluidos, que nos traslada mediante su rica prosa y salpicándola de un gran número de citas y referencias eruditas.

Una mente más susceptible que la mía podría decir que es demasiada erudición, que llega un momento en que aburre el continuo paso de citas de autores de todos los campos en los que escribir es necesario para dar a conocer tus ideas; que una y otra vez introduce en el texto el nombre y la obra de los grandes clásicos de la literatura y de las ciencias, con preferencia de los anglosajones (Hume, Wells, Bacon, Pope) y que quizás está continua acumulación de grandes autores esconda el profundo sentimiento de inferioridad que todos llevamos dentro.

La que a mi más me gusta es Los teólogos, que es también donde más se nota la proliferación de citas, forzada por la misma trama del relato. El protagonista muestra rasgos de carácter que podrían ser premonitorios de la enfermedad del autor, «Como todo poseedor de una biblioteca, Aureliano se sabía culpable de no conocerla hasta el fin», o tal vez un anuncio consciente de la enfermedad degenerativa que le llevaría a la ceguera a la vez que se le nombraba director de la Biblioteca Nacional.

No creo necesario recomendar a nadie su lectura, es un clásico entre los clásicos de la literatura contemporánea y su autor uno de los más afamados y reconocidos del universo de los juntadores de letras compulsivos. Así que entren en el mundo de fantasía de Jorge Luis Borges.

La medición del mundo, de Daniel Kehlmann

Título: La medición del mundo (original en alemán: Die Vermessung der Welt).
Autor: Daniel Kehlmann.
Editorial: Maeva.
Año: 2006.
ISBN: 84-96231-97-6.


Reconozco que el libro no captó mi atención cuando lo vi en la librería. Tuvo que ocurrir la casualidad de que un ejemplar estuviera boca abajo en la pila de libros de ciencia-ficción que estaba ojeando para que una sola palabra despertase mi curiosidad: Gauss.

El amigo Gauss es uno de mis personajes histórico-científicos favoritos, no sólo por sus funciones, ecuaciones y campos, sino, creo que sobre todo, por aparecer con una especie de albornoz en varios retratos (parece ser que le gustaba más bien trabajar desde casa... cómodo).

Pues bien, La medición del mundo trata precisamente de Gauss y de Humboldt (el explorador, no el que se estudia en Pedagogía). Intercalando relatos de sus vidas, pretende describir una época fascinante, en la cual la ciencia comienza a ganar terreno y se hacen grandes descubrimientos: Gauss representa los matemáticos y Humboldt los geográficos. La excusa literaria es un encuentro de ambos, ya mayores, en el que el explorador quiere homenajear al gruñón matemático.

Me gustó el libro, más las partes de Gauss (un sesgo personal), un adorable cascarrabias con varias certezas en su vida: todo puede ser medido y pesado, como en casa no se está en ningún sitio, mi esposa es una arpía y mi hijo mayor un imbécil. No necesariamente en ese orden, pero se repiten en cada capítulo: sea viajando y quejándose de los charcos del camino o bajo la lluvia triangulando los campos de Prusia, es un genial protestón.

Humboldt, sin embargo, es un eterno optimista, sea entregando medallas en Berlín o buscando las fuentes del Amazonas. Tan optimista que en la novela da la impresión de ser un simplón fácilmente manipulable por los poderosos (sea el Zar o su hermano). Por cierto, las bruscas contestaciones de Gauss al amable Humboldt recuerdan tanto a las de House que causaron en mí el mismo efecto que los capítulos de la serie: un inmediato aprecio.

Quizás sea ésta la mayor deficiencia del libro: los personajes están definidos sólo por unas pocas líneas gruesas, que se repiten en diversos grados... pero sin salir de allí. No le resta atractivo al libro como lectura ligera, pero para una novela que pretende mostrar una «perspectiva humana inédita de estos dos grandes nombres de la historia», enseña más bien las manías. Por otro lado, otros personajes altamente interesantes, como Bonpland, el agraciado compañero de Humboldt o el propio hijo de Gauss son apenas comparsas sin diálogo.

Resumiendo: un libro recomendable para los aficionados a la historia de la ciencia o las novelas con un poco de sentido. Es la segunda novela del autor, al que habrá que seguir atentamente. Y ya que hablo de Gauss, no puedo menos que pegar aquí su firma, una gozada para los amantes de las matemáticas:
Fuente de la imagen. Dominio público.