15 de noviembre de 2012

El primer anuncio, de Xavier Morlans

Título: El primer anuncio. El eslabón perdido.
Autor: Xavier Morlans.
Editorial: PPC. Cuadernos AECA - 3. Páginas: 207.
Año: 2009. 
ISBN: 9788428821452.

La necesidad de un “primer anuncio” del mensaje evangélico va ganando peso en la reflexión sobre la pastoral de la Iglesia en los últimos años. Paulatinamente se van creando iniciativas de “re-iniciación” en la fe que comienzan con actividades propuestas para conocer la figura de Jesucristo y, si así se decide, optar por su seguimiento. Uno de estos proyectos se ha establecido en Barcelona desde 2002 con el nombre Tornar a creure, cuyo artífice principal es el autor de la obra que nos ocupa, el sacerdote y teólogo Xavier Morlans. Miembro de la Asociación Española de Catequetas (AECA), es profesor de Teología Fundamental de la Facultad de Teología de Cataluña y consultor del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.

El objetivo de El primer anuncio es sistematizar la manera de reinventar y activar metodologías pastorales que propicien un primer acercamiento a la persona de Jesús y que puedan conducir a un proceso de reiniciación cristiana. El subtítulo, El eslabón perdido, cobra significado al constatar que ni todos los agentes pastorales tienen claro qué es el “primer anuncio”, ni está considerado en su debida importancia dentro del proceso general de evangelización. Esta obra es una buena y clarificadora aportación a esta reflexión.

En la primera parte, Morlans intenta responder al problema de la transmisión de la fe cristiana a las nuevas generaciones, siempre desde y para una cultura europea y secularizada, mediante exposiciones sintéticas de la nueva realidad social y cultural, los retos internos de la propia Iglesia –interesante acercamiento a los problemas intrínsecos de la comunicación ad extra de la jerarquía eclesial– y la importancia creciente de un “primer anuncio”. Esta “cruz” encuentra su “cara” en la segunda parte, dedicada a engarzar la primera evangelización en el proceso global de evangelización, en la que destacan varios esquemas y tres dificultades habituales, bien expuestas.

A continuación, el autor desarrolla la relación del primer anuncio y la catequesis, describiendo sus diferencias para, junto a la cuarta parte, un estudio sintético del primer anuncio en el Nuevo Testamento, presentar la entidad propia y completa de ese primer anuncio como preparación a la fe cristiana. Se utiliza con mucha frecuencia la palabra griega kerigma para referirse al núcleo del mensaje cristiano, en la línea de otras escuelas de catequesis postconciliar, como la impulsada por el Congreso de Eichstätt de la década de 1960, pero traducido al momento actual.

Los contenidos de este primer anuncio, sus modalidades, agentes y destinatarios se despliegan en las dos últimas partes. Están pensados sobre todo para adultos y partiendo del diálogo, incluso causal. Se ofrece una “pauta estándar” en siete pasos que, sin reducirse a una receta, puede ayudar a entender la tarea de evangelizador en esta etapa. Concreta más Morlans en la séptima parte, desde una galería de breves puntos de partida según los destinatarios hasta los grandes medios de comunicación social. El autor utiliza aquí un lenguaje más personal y basado en la propia experiencia –por ejemplo, al escribir sobre los movimientos de Juventud Obrera Católica‒, sobre todo al hablar de los cantautores cristianos, que trata quizás con excesiva extensión, una concesión probable a su propia inquietud artística.

Tras un epílogo dedicado al siguiente paso, los itinerarios de reiniciación cristiana de adultos, el broche final del libro es una conclusión que prácticamente resume los contenidos anteriores y escrito de una forma que recuerda a una breve conferencia sobre el tema y que sirve para afianzar las intuiciones fundamentales del autor: el primer anuncio, a la vez restringido en su definición basada en el diálogo interpersonal y el testimonio de vida, puede concretarse en un amplio abanico de medios y modalidades, según los destinatarios y los puntos de partida. No es catequesis aún, pero prepara a la opción personal de fe encuentra su hábitat natural en nuestra sociedad secularizada. Los cristianos no debemos tener miedo a anunciar el mensaje de Jesús de Nazaret, siempre cuidando los tiempos y la libertad de cada persona, con herramientas de calidad.

En síntesis, una obra agradable en su lectura y con un marcado carácter de utilidad para el aprendiz de evangelizador o para el veterano desanimado. La bibliografía, suficiente, recoge un buen compendio de obras modernas de primer anuncio. Un libro actual que da carta de plena existencia a un primer anuncio que es “un pequeño paso para el cristiano de a pie que lo propone a un amigo en su entorno cotidiano, pero un paso inmenso (…) para la Iglesia” (pág. 192).

1 comentario:

  1. "La fe viene por el oír y oir la Palabra de Dios", dejando actuar al Espíritu y siendo dóciles y obedientes a dicho Espíritu, como niños. Lo demás serán frutos de agradecimiento por esta salvación tan grande...

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